El Alexandrinen Cottage, ubicado en una ciudad al noreste de Alemania, es una joya arquitectónica. La casa de campo, regalo del Gran Duque de Meclemburgo a Alexandrine de Prusia, a partir de la cual viene su nombre, se encuentra situada en un entorno envidiable con un extenso parque al borde de las escarpadas orillas del mar Báltico.
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La fascinante propiedad, entre el bosque y el mar, fue construida a mediados del siglo XIX por orden del Gran Duque como regalo a su esposa. En el extremo occidental del parte, la privacidad de la conocida como Perla Blanca junto al mar es absoluta, con una parcela de alrededor de 4.450 m2, así como cinco hectáreas de parque y bosque adyacentes.
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La magia de la casa de campo, construida por el conocido arquitecto alemán Georg Adolph Demmler, también reside en sus influencias del diseño inglés en los jardines y de las villas de campo toscanas, además de en su arquitectura victoriana. Todo ello permite que se integre en el paisaje de manera perfecta.
Las influencias históricas siguen presentes
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Alrededor del año 1911, la vivienda fue ampliada por el arquitecto de la corte de Schwerin, Emil Liss, debido a las lujosas necesidades del inmueble y de la familia. Asimismo, se introdujeron elementos modernos de la época, con sumo cuidado y atención a cada detalle. En la actualidad, las influencias históricas se mantienen presentes en la propiedad, que mantiene un buen estado de conservación.
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Esta joya cuenta con 1.484 m2 habitables, con la posibilidad de mantener 18 habitaciones en total en su interior. Cabe destacar que dispone de la licencia de obras para construir un spa con piscina, una sala de cine y una bodega. De la misma manera, sus torres octogonales permiten crear espacios únicos, como un salón con vistas al mar o una suite principal. Ahora, esta encantadora casa de campo busca volver a la vida con nuevos habitantes, siempre teniendo en cuenta su condición de patrimonio protegido.
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