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La magnífica arquitectura de Tombuctú

Por Redacción

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Cuando uno evoca imágenes del mundo antiguo, a menudo vienen a la mente estructuras icónicas como el Coliseo romano, la impresionante Acrópolis,  la mística ciudad de Petra o las icónicas pirámides de Egipto. Sin embargo, entre los anales de la historia yace otra joya, la legendaria ciudad de Tombuctú.

Fundada alrededor del año 1100 d.C., Tombuctú se sitúa a orillas del río Níger, erguida como centinela en el borde del desierto del Sahara. Su ubicación estratégica facilitó el florecimiento del comercio, impulsando a la ciudad hacia un reino de opulencia y riqueza durante tiempos antiguos.

Como piedra angular del Imperio de Malí, Tombuctú no solo fue un centro de comercio, sino también un bastión del conocimiento. Eruditos acudían a sus instituciones, adentrándose en los abismos del Islam, la ley, la historia, la astronomía y más allá. Además, los estudiantes de Tombuctú actuaban como emisarios, difundiendo los principios del Islam por todo el oeste de África.

Puertas de la Universidad islámica de Sankore.

Puertas de la Universidad islámica de Sankore.KaTeznik

El reflejo de un imperio en declive

Sin embargo, los tiempos trajeron cambios. Con el declive del Imperio de Malí, el Imperio Songhai ascendió, asumiendo el control de Tombuctú en 1468. No obstante, la ciudad prosperó, alardeando de una población de casi cien mil almas.

Los exploradores europeos, tentados por los relatos de esta ciudad legendaria, se aventuraron en viajes peligrosos en busca de su misterio. Sus esfuerzos culminaron en 1826 cuando René-Auguste Caillié, un explorador francés, se convirtió en el primer europeo en recorrer Tombuctú y regresar.

El siglo XIX anunció la colonización europea, con Francia anexando Tombuctú en 1894. Malí recuperó su independencia en 1960, y la ciudad asumió un papel crucial dentro de la nueva nación. En la década de 1990, los esfuerzos de preservación, centrados especialmente en sus majestuosas mezquitas que datan del siglo XIV, cobraron impulso.

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Entre la guerra y la UNESCO

Sin embargo, la adversidad golpeó en 2012, cuando rebeldes tuareg e insurgentes islámicos tomaron el control de Tombuctú, imponiendo la estricta ley de la Sharia. El patrimonio de la ciudad sufrió heridas graves a medida que caían monumentos históricos y los antiguos manuscritos enfrentaban la destrucción, salvados solo por valientes bibliotecarios que los contrabandearon para ponerlos a salvo.

A pesar de ello, el espíritu de Tombuctú perduró. Liberada en 2013, la ciudad emprendió un viaje de recuperación y reconstrucción de su rico legado artístico, histórico y cultural. Reconocida como Patrimonio Mundial de la UNESCO, Tombuctú se erige como testimonio de la resiliencia y de la necesidad de preservar el patrimonio cultural.

Fruto de ese esfuerzo, en abril de 2021, la Corte Penal Internacional (CPI) entregó un euro simbólico tanto al Gobierno de Malí como a la UNESCO como forma de reparación por los daños causados al pueblo maliense y a la comunidad internacional debido a la destrucción de bienes culturales en Tombuctú en 2012. Este gesto simbólico marcó un hito significativo en la protección del patrimonio, ya que fue la primera vez que un tribunal internacional condenó el ataque al patrimonio cultural como un crimen de guerra.

Patio de la Biblioteca Ben Essayout

Biblioteca Ben EssayoutUNESCO

Una arquitectura con un material excepcional

La arquitectura de Tombuctú refleja una profunda conexión con su entorno geográfico y cultural. Situada en la región del Sahel, en el borde del desierto del Sahara y cerca del río Níger, la ciudad se adapta a las condiciones climáticas y materiales disponibles en la zona. 

Vista panorámica de Tombuctú

Vista panorámica de Tombuctú con la mezquita SankoreMoussa Niakate

El material principal utilizado en la construcción de los edificios de Tombuctú es el ladrillo de barro. Este material es abundante en la región y ofrece una excelente capacidad de regulación térmica, lo que ayuda a mantener frescas las estructuras durante el intenso calor del día y a retener el calor durante las noches más frescas del desierto.

Debido a las limitaciones impuestas por la naturaleza del ladrillo de barro, los edificios en Tombuctú suelen tener alturas moderadas. Sin embargo, hay excepciones, como los minaretes de las mezquitas, que pueden alcanzar alturas significativas. Estos están construidos con vigas de madera que sobresalen, las cuales refuerzan las torres y les otorgan estabilidad. Las paredes altas de estas estructuras no son puramente funcionales; más bien, simbolizan la opulencia y la importancia de la ciudad en su apogeo, así como la prosperidad de su población en aquel entonces.

Casa tradicional de Tombuct

Una de las construcciones tradicionales de la regiónUNESCO

Patrimonio de la Humanidad

Tombuctú está inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial en 1988, Considerada por su Valor Universal Excepcional como capital intelectual y espiritual africana durante los siglos XV y XVI. Entre sus tesoros se encontraban dieciséis mausoleos de santos musulmanes del siglo XIII. Tristemente, catorce de ellos, junto con la puerta sagrada de la mezquita de Sidi Yahia, fueron demolidos por extremistas. Además, unos cuatro mil manuscritos antiguos fueron quemados o robados.

Desde ese momento, se comenzaron a implementar campañas de sensibilización sobre la importancia cultural de los mausoleos y se tomaron medidas para proteger los sitios patrimoniales, incluyendo la colaboración con la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA).

Tombuctú, según el libro Heinrich Barth, viajes y descubrimientos, de 1858.

Tombuctú, según el libro «Heinrich Barth, viajes y descubrimientos», de 1858Dominio público

Además, Malí recibió apoyo para adherirse al Segundo Protocolo de la Convención de La Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado. La UNESCO lideró la reconstrucción de los antiguos mausoleos, la rehabilitación de tres mezquitas y la salvaguardia de los manuscritos antiguos. Este proceso se llevó a cabo en estrecha colaboración con las autoridades malienses, las comunidades locales y la MINUSMA, revitalizando las prácticas de construcción ancestrales e impulsando la economía local en el proceso.Torre de Tombuctú

Una de las torres con las vigas de maderaUNESCO