Los geranios son muy populares, sobre todo para adornar pequeños jardines y balcones. Aunque la planta se ha extendido, en realidad es originaria de Sudáfrica, donde el clima predominante es cálido y con pocas lluvias. Esto significa que los geranios pueden soportar incluso los tórridos veranos españoles con poca agua. Por ello, te contamos cómo cuidar y cultivar estas exuberantes plantas.
La posición adecuada para los geranios
Para un crecimiento óptimo, los geranios requieren un emplazamiento que les proporcione mucha luz solar, pero evitando las horas más calurosas. Lo ideal es un balcón o terraza orientados al sur o al oeste. No se recomiendan las macetas de plástico, ya que pueden sobrecalentar las raíces, por lo que son preferibles las de barro u hormigón.
Además, la tierra adecuada para los geranios debe ser capaz de retener la humedad sin compactarse. De hecho, los geranios crecen en profundidad, desde donde absorben todos los nutrientes necesarios. Una tierra rica y con buen drenaje favorece una floración exuberante y hace que las plantas sean más robustas y resistentes a enfermedades y plagas.
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Suelo y riego: lo que hay que saber
Para garantizar un crecimiento sano y una floración abundante de los geranios, es esencial elegir la tierra para macetas más adecuada. Un buen sustrato debe ser rico en nutrientes y garantizar un excelente drenaje para evitar el estancamiento. Además, una tierra que libere gradualmente el agua y los nutrientes permite que las plantas se desarrollen de forma equilibrada.
En cuanto al riego, en los meses cálidos, sobre todo si las macetas están expuestas a la luz solar directa, puede ser necesario regar a diario. Sin embargo, es fundamental asegurarse de que el exceso de agua pueda drenarse fácilmente.
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El abono perfecto para una floración abundante
Para conseguir una floración abundante a lo largo de los años, es esencial mantener el pH del sustrato entre 6 y 6,5, condición ideal para la absorción de nutrientes. La fertilización regular desempeña un papel clave: el uso de un abono específico para plantas de flor, rico en potasio y fósforo, favorece el desarrollo de brotes sanos y coloridos.
También es esencial garantizar una buena exposición al sol, indispensable para la fotosíntesis y, por tanto, para la vitalidad de la planta. Un suelo bien nutrido, enriquecido con compost u otra materia orgánica, proporcionará a las raíces todo el apoyo que necesitan para un crecimiento vigoroso.
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Cuidar los geranios en invierno es esencial
El invierno requiere cuidados especiales para los geranios. Durante esta estación, el riego debe reducirse al mínimo, ya que -nunca como en esta época- el encharcamiento es muy peligroso. También es importante proteger las plantas del frío: colocar las macetas sobre soportes que las aíslen del suelo ayuda a evitar que las raíces se hielen.
Si es posible, traslada los geranios a un lugar resguardado, como un invernadero o un balcón cerrado, donde puedan disfrutar de la luz natural sin estar expuestos a las bajas temperaturas. Estas precauciones ayudarán a tus geranios a pasar el invierno sin daños y a florecer con vigor durante la primavera y el verano siguientes.
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