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El corazón de Santa Ponsa

Por Redacción

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La belleza del paisaje mallorquín enamora a todo aquel que tiene la suerte de contemplarlo. Con sus montañas majestuosas, playas de arena dorada y aguas cristalinas, la naturaleza mediterránea de la isla es un verdadero espectáculo para los sentidos. Olivos centenarios, almendros en flor, y bosques de pinos configuran un escenario idílico que invita a la contemplación y al disfrute de la calma que caracteriza a la Perla del Mediterráneo.

Y aunque pasear por sus bosques y playas es más que obligatorio si visitas Mallorca, ¿qué pasaría si te dijera que existe un hotel en el que puedes disfrutar de la belleza de la isla sin salir de él? Ubicado en el corazón de Santa Ponsa, Kimpton Aysla Mallorca, el exclusivo luxury lifestyle resort del grupo IHG, emerge como un paraíso natural de 23.000m2 de espacios al aire libre llenos de vegetación característica de la zona. Jardines de ensueño en los que perderse mientras admiras las cerca de 12.000 especies diferentes de árboles, arbustos y flores que conforman el espectacular paisajismo de este enclave de lujo. Y es que en Kimpton Aysla Mallorca, los exteriores van mucho más allá de cumplir una labor meramente estética. Buscan ofrecer a los huéspedes una experiencia sensorial que invita a conectar con la naturaleza y a disfrutar de la belleza de la isla en todo su esplendor.

Tal y como afirma Jaume Alomar Bibiloni, paisajista encargado del proyecto del resort, “desde Mare Paisajistas, el diseño del entorno natural de Aysla se concibió con una visión clara: crear un oasis mediterráneo que reflejase la belleza y la diversidad del paisaje mallorquín, utilizando recursos hídricos de manera eficiente y ofreciendo una experiencia sensorial única para los huéspedes durante todo el año”.

Encinas, algarrobos, olivos, cipreses o pinos, entre otras especies, se combinan en los jardines del hotel ofreciendo una gran diversidad de formas arborescentes y tonalidades que se fusionan con el paisaje. Árboles que no solo ayudan a proporcionan sombra o dar textura al entorno, sino que crean rincones secretos donde los huéspedes pueden explorar y relajarse.

El resort cuenta además con una amplia variedad de arbustos y plantas herbáceas cuidadosamente seleccionadas para mantener la belleza del jardín durante todo el año y enriquecer la experiencia sensorial de los visitantes. Lentisco, laurel, olivilla, dodonaea, fotinia y romero conforman la base y forma principal del jardín. Todas ellas perennes y con poca variación durante las distintas estaciones.

La composición de arbustos se complementa con una explosión de colores, texturas y olores que aportan las salvias de 7 variedades diferentes, centrato, verbenas, gauras, lirios africanos… entre muchas otras especies, que convierten los jardines del hotel en un enorme ramo de flores. Las gramíneas, las estipas o el carrizo también destacan en los amplios espacios exteriores.

Un paisaje que se caracteriza además por disponer de amplios caminos, fácilmente transitables, con el objetivo de cuidar la conexión entre los puntos más concurridos del hotel, como el bar, las piscinas y el restaurante; así como de senderos verdes sembrados de pradera, que invitan a los huéspedes a sentir una conexión más íntima con el jardín. Esto pequeños pasos cuentan además con círculos verdes, que simulan las “sitges” de la Tramuntana.

Pero la naturaleza en este hotel no se limita al exterior. Kimpton Aysla Mallorca presume además de dos espectaculares patios interiores. El primero de ellos, tiene como protagonista el Equisetum heymale, o “cola de caballo”, una planta medicinal cuyos tallos verticales, muy espesos, forman las paredes de un laberinto. El segundo patio cuenta con unas jardineras con formas tridimensionales elevadas que crean movimiento en el ambiente. En este espacio los árboles frutales como el naranjo, el limonero o el granado se fusionan con varios tipos de jazmines.

Sin duda, Kimpton Aysla Mallorca es un ejemplo destacado de paisajismo innovador y funcional. Un espacio diseñado para estimular los sentidos que pone de manifiesto el arte de integrar naturaleza y arquitectura, creando un entorno acogedor y multisensorial en cualquier estación.