El castillo de Highclere es uno de los escenarios principales de la historia de Downton Abbey. Propiedad de la familia Herbert, los condes de Carnarvon, se trata de una mansión victoriana, de estilo Isabelino. Además de servir como escenario de la serie británica por excelencia, esta magnífica casita ha aparecido en gran número de series y películas. Entre ellas destacan su uso como Mansión Wayne en la trilogía de Batman que protagonizó Christian Bale.
Se encuentra situada en el condado de Hampshire y su terreno ocupa 20 kilómetros cuadrados. Esta maravilla arquitectónica es la mansión más grande del condado. Los cimientos sobre los que está construido el castillo se remontan al siglo VIII; los obispos de Winchester eran sus dueños por aquel entonces y mandaron construir un palacio medieval.
La mansión ha sido remodelada varias veces, llegando a cambiar su forma original. El estilo Alto Isabelino de su fachada se remonta a finales del siglo XVI y principios del XVII, cuando el arquitecto Charles Barry (quien también se encargó de remodelar el Parlamento de Londres) decidió inspirarse en el italiano del momento para reformar esta proeza arquitectónica.
La lujosa biblioteca (con su correspondiente puerta secreta), el inmenso salón con chimenea, las paredes forradas con seda, los cuadros de antepasados junto a fotografías de la familia real británica (incluida la reina Isabel II), rincones adorables como el Morning room, repleto de estampados de flores, cojines, geranios, jacintos y liliums, los aposentos con mobiliario de época… Estancias archiconocidas por la serie que rodó aquí Julian Fellowes, amigo personal de los condes.
Porque en Highclere, tan exquisitamente british, tan luminoso y adornado, no hay lugar para fantasmas… pero sí ¡para momias! Uno de los antepasados de la familia, el quinto conde de Carnarvon, patrocinó la expedición que desenterró, en 1922, la tumba de Tutankamón.
Hay que bajar al sótano y atravesar la zona de servicio, con todos los entresijos que esconde el mantenimiento de semejante mansión, para llegar al pequeño museo de piezas egipcias que atesora la familia. Aunque las más valiosas se hallan hoy en el Metropolitan de Nueva York o en el Británico de Londres, queda una buena colección de objetos que entusiasmarán a los niños y amantes de la arqueología.