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Bernard Plossu: «Un fotógrafo es joven hasta el último día»

Por Redacción

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El reconocido fotógrafo francés Bernard Plossu (Da Lat, sur de Vietnam, 1945) ha afirmado que, a sus 80 años de edad, todavía quiere seguir unido al mundo de la fotografía y hacer algo con «energía»: «Un fotógrafo es joven hasta su último día», ha señalado.

«Yo he visto a Cartier-Bresson, yo he visto a Lartigue, yo he visto a Carlos Pérez Siquier. Hasta el último día eran jóvenes en la cámara. Eso parece la clave de la filosofía de la fotografía», ha subrayado Plossu durante la presentación de su nueva exposición, ‘Bernard Plossu España en color fresson’, que presenta en primicia en el Centre del Carme Cultura Contemporánea (CCCC) de València y en la que plasma en 80 fotografías su pasión por los paisajes españoles usando la técnica del papel ‘fresson’.

La muestra –que se podrá visitar a partir de este jueves y hasta el 15 de septiembre– se ha presentado este miércoles en El Carme con la presencia de la presencia de Bernard Plossu; el comisario de la muestra, Juan Pedro Font de Mora, y el director-gerente del Consorci de Museus, Nicolás Bugeda.

La obra del artista ha ido durante toda su trayectoria en paralelo a su vocación viajera. Con tan solo 20 años decidió viajar a México lo cual supuso para él un viaje «iniciático» que le llevó a dar un «paso importantísimo» en su obra ya que «fue a partir de este momento que decidió dedicarse a la fotografía», explica el comisario.

«Sentir una fotografía es estar en disposición de verla llegar. Es muy extraño, sientes que algo fuerte está sucediendo. Sientes la fotografía. A veces incluso está detrás de ti. Tienes un instinto, te das la vuelta, no tienes tiempo para pensar. Una gran fotografía está hecha de esa chispa.», reza uno de los vinilos que acompañan en la exposición a las imágenes del artista y que muestran su filosofía a la hora de llevar a cabo un disparo.

Sobre esta cuestión, Bernad Plossu ha señalado que cuando hace una fotografía lo que busca es la «sorpresa». «Nunca se sabe qué va a pasar», afirma el fotógrafo y explica que si en el lugar donde vas a hacer la foto hay una serpiente o cualquier otro animal no hay lugar para el miedo, sino que «hay una fotografía que hay que hacer».

«La fotografía es algo de mucha tranquilidad y es un momento loco donde tienes que ir muy rápido y, para tener la fuerza de esta velocidad, hay que ir despacio. Es un encuentro, como dice Cartier-Bresson», ha precisado al tiempo que ha señalado que para él la fotografía también tiene «algo de flamenco».

En este sentido, ha bromeado con ser «socialmente viejo» ya que todas las fotografías que toma las hace en analógico porque lo considera una fotografía «más pura» que la de formato digital.

LA FOTOGRAFÍA TIENE «ALGO DE FLAMENCO»

En cuanto a su pasión por España, Plossu ha relatado que la fotografía tiene «mucho» que ver con la vida y que él, en ese sentido, ha tenido dos: una vida en Francia y una vida en España, de donde destaca sus paisajes secos de zonas como el Maestrazgo, Albarracín o Aragón, en las que confiesa haber encontrado muchos símiles con Nuevo México o África.

«Para mí en estas fotografías no importa el lugar, es el sentimiento de que es España, un barranco en Albarracín, el cabo de Creus en Cataluña, un poste eléctrico en Huérmeda, una farmacia pintada de verde, una vitrina antigua, una cámara vieja, o una puerta azul en una calle geométrica. Es mi sentimiento visual de lo que es España, no son documentos como pudiera hacer National Geographic, es la visión personal de un fotógrafo enamorado de un país», ha manifestado.

Para el comisario de la exposición la técnica del fresón –que según explica fue desarrollada durante más de 100 años por una familia en unos laboratorios cercanos a París– define el estilo de Plossu quien, a pesar de ser «muy conocido» como fotógrafo en blanco y negro, es «un enamorado del color» que «no lo entiende si no es en el ‘fresson'».

De este modo, Font De Mora considera que el fotógrafo ha conseguido crear un estilo propio con el que se definirse como «el fotógrafo de los instantes no decisivos», en relación a sus fotografías en las que se muestran desde paisajes áridos hasta una cámara antigua, un cartel desgastado por el paso del tiempo o un poste de la luz.

«Esto es un poco lo que define esta exposición. Para poder entenderla, hay que entender esa filosofía que tiene él y también la filosofía de caminar. Caminar despacio por las montañas, por los paisajes, para encontrarse con el paisaje y captar ese momento que a veces en la fotografía es una cuestión de suerte y de intuición», ha destacado.

Así, ha apuntado que la exposición está organizada de forma «no localizada», es decir, no se encuentran todas las fotografías de un mismo lugar agrupadas en el mismo sitio sino que están mezcladas, «buscando un juego de color». «El espectador tiene que entrar en este juego de explosión de color y disfrutar del ‘fresson'», ha indicado el comisario.

«UN JUEGO DE EXPLOSIÓN DE COLOR»

Por su parte, el director-gerente del Consorci de Museus ha resaltado el «privilegio» de contar con esta exposición y ha recordado que la exposición, que se inaugura este jueves a las 19.00 horas invita a descubrir a un Plossu «esplendoroso», apoyado por las texturas de estas copias impresas con la técnica fresson y a introducirnos en un mundo «mágico, onírico y romántico».

Asimismo, ha indicado que además de la exhibición de las fotografías también se presenta el catálogo que contiene textos del comisario, Juan Pedro Font de Mora y de Salvador Albiñana, experto en la obra de Plossu.

Bernard Plossu ha fotografiado un gran número de países, con especial dedicación al Norte de Africa, los desiertos africanos y americanos y la Europa mediterránea, y su obra se caracteriza por una mirada «cosmopolita y poética», que muestra «no solo un retrato documental de las calles y habitantes que fotografía, sino que aúna a ello su manera de sentir y estar», destacan desde el CCCC.

El uso de la técnica de positivado papel fresson confiere a las fotografías una textura especial, sutil y sobria, y la aleja de toda grandilocuencia, dotándolas de una plasticidad poética extraordinaria. El proceso de papel ‘fresson’ fue descubierto por Thèodore Henri Fresson y patentado por su empresa en 1903 Se trata de un sistema original, similar a la impresión al carbono, que en sus impresiones en color le da una textura a las fotografías que resulta muy pictórica.

Cuando lo descubrió Plossu, rápidamente se enamoró del modo de plasmar sus imágenes, y más teniendo en cuenta que Bernard Plossu también es pintor, faceta «bastante desconocida» por la mayoría de sus seguidores. La pasión de Bernard Plossu por el fresson se va incrementando con el tiempo. A lo largo de más de 40 años ha generado una importante colección.