Bálamo es más que un restaurante. Es la marisquería más grande de la Comunidad de Madrid a un precio más que interesante. Se trata de un espacio de 4.200 metros cuadrados, ubicado en Alcorcón, donde se puede degustar pescado y marisco. También carne, por supuesto. Pero además es un local bonito, con un elemento ornamental único, pues en su interior se encuentra el jardín vertical interior más grande de Europa, obra del arquitecto Rui Costa y compuesto por 14.525 plantas.
Apenas unos meses después de su apertura, hace ahora casi seis años, Bálamo pasó las de Caín con la pandemia del coronavirus, llegando a reducir un 59% su actividad. Pero este restaurante de Alcorcón no sólo se ha sobrepuesto a la crisis, sino que además está viendo cómo le llegan ahora los reconocimientos, gracias a la gran gestión encabezada por Óscar García.
Así, Bálamo acaba de ser galardonado en la primera edición de los Premios ‘Sin Huella’ por ser un modelo de establecimiento hostelero bajo en carbono. Así lo valoró el jurado de un certamen organizado por Hostelería #PorElClima, la iniciativa de Comunidad #PorElClima y Coca-Cola, que cuenta con el apoyo de Hostelería de España y que reconoce a establecimientos, instituciones y personas comprometidos con la lucha contra el cambio climático en el sector de la hostelería.
La organización de Premios ‘Sin Huella’ reconoce la apuesta de Bálamo por el cuidado del planeta, como lo demuestra la recogida de agua de lluvia que almacena en un gran depósito, con una capacidad de hasta 4.000 litros, o su sistema de generación de energía renovable de 350 placas solares de 455w en autoconsumo, con las que produce energía con cero emisiones de CO2 y permite ahorrar el 40% de su consumo total. Por estas, y otras razones, Bálamo se considera un modelo de establecimiento hostelero bajo en carbono, mereciendo el premio ‘Sin huella’ a la Innovación de Hostelería #PorElClima.
“Reconocemos que la industria de la hostelería puede tener un impacto significativo en el medio ambiente a través del consumo de recursos, la generación de residuos y las emisiones de carbono, y creemos que es nuestra responsabilidad hacer nuestra parte para mitigar estos efectos. Además, la lucha contra el cambio climático no es solo una responsabilidad moral, sino también una oportunidad para transformar y fortalecer nuestros negocios”, asegura Óscar García.
Además de ser bonito, su imponente jardín vertical de interior también es altamente efectivo: con unas dimensiones de 350m2, produce el oxígeno que necesitan 350 personas al año, capta anualmente 45,5 kilogramos de polvo, filtra anualmente 234,5 toneladas de gases nocivos y atrapa y procesa 94,5 kilogramos de metales pesados al año.
Por último, Bálamo apuesta también por el reciclaje, tarea con la que también contribuye a la disminución de la contaminación, y al ahorro de recursos. Así, además de reducir el consumo de plástico con envases de papel y cartón 100% reciclables para los pedidos de take away, cuentan con un sofisticado sistema de reciclado para el agua residual. Con él, toda el agua que sale de la cocina y arrastra sustancias de grasa es depositada a través de un sistema de recogida en un depósito de 15.000 litros. Periódicamente recibe un camión cisterna que se lleva toda la grasa concentrada lo que, además de favorecer la higiene del establecimiento, ayuda a reducir la contaminación medioambiental.